¡Y no sólo en San Valentín! Obsequiar a la pareja con un detalle es vital para reforzar los lazos, no por el valor de los regalos, sino porque simboliza las ganas de hacer feliz al otro y lo mucho que lo tenemos presente.
En todo el planeta, millones de parejas celebran San Valentín con una romántica tarjeta y un regalo para su pareja, una tradición sajona que cada vez gana más adeptos. Pero no importa que el 14 de febrero sea el Día de los Enamorados, porque lo importante es celebrarlo cada día, y no esperar a que llegue una fecha en el calendario para tener un detalle. Los regalos en el seno de la pareja, al igual que sucede entre amigos, son el símbolo de la fuerza de la relación. No por el valor del regalo, sino por acordaros del otro sin necesidad de efemérides en la agenda que nos obligue. Es genial celebrar San Valentín, o el día de vuestro aniversario, pero conviene celebrar que estáis juntos y sois felices cualquier otro día, simplemente porque sí.
Los regalos representan la importancia que tiene la otra persona para nosotros. El valor de un obsequio no radica en su precio, sino en lo que expresa tanto para quien lo regala como para quien lo recibe. Por eso es importante pensar para acertar, porque la elección depende de los intereses del otro, de cómo puede ayudarle a cumplir sus deseos mediante regalos originales. Hoy por hoy hay mucha variedad, tanto regalos para hombres como regalos para mujeres.
Ideas anticrisis
Si el valor del regalo no es lo importante, y el bolsillo no acompaña para tener muchas alegrías, ¿qué nos queda? ¡Un montón de buenas ocurrencias! Echa a volar tu imaginación y busca en gestos que no cuestan dinero su mejor regalo. Por ejemplo, piensa en lo que más odia de las tareas domésticas…. si no soporta planchar, puedes regalarle un talonario de vales para ofrecerte a plancharle su ropa. ¿Algo más picante? Haz que el talonario sea un regalo erótico ofreciéndole en cada vale una sorpresa sexual. ¿Sabes cuáles son sus fantasías? ¿Quieres llevarlas a cabo? Escríbeselas sobre el papel y regálale la oportunidad de hacerlas posible… Son regalos sencillos en apariencia, pero que suponen mucho más que un obsequio comprado en la tienda de la esquina. Personalizado y bien envuelto, entregado como se merece cualquier regalo, será su sorpresa perfecta.
Y si el bolsillo no resiste la factura de vuestro restaurante favorito, nada más fácil que preparar la cena en casa, pero –eso sí– sin dejar de hacer que sea especial. Prepara un menú con alimentos afrodisiacos, como las fresas o la rúcula, abre una botella de vino y prepara una mesa íntima con velas. Apaga la tele y pon música suave, que os prepare una atmósfera especial. Y a disfrutar de una velada perfecta.
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