Para Laura López, de veintiseis años, el makeup que emplea es un tema que va alén de los colores, la textura, el empaque o bien el costo. “Soy vegetariana y me cuestionó sobre de qué forma mis acciones pueden afectar la calidad de vida de otros seres vivos”. De ahí que prefiere los productos cosméticos que respetan el medio ambiente y los animales.
“Me agradan pues creo que mi vanidad y las cosas que me agradan pueden cohabitar con el derecho a la vida y el respeto por otros animales. No deseo utilizar maquillaje que ha sido testado en conejos, perros, ratones, etcétera Lo que padecen estos animales es indecible, ningún labial vale eso”, destaca.
Esta cronista, de la misma manera que muchas mujeres de su generación, prefiere maquillarse y usar perfumes “sin tener el cargo de conciencia, y sin respaldar el maltrato”.
Este género de resoluciones de vida afable con la naturaleza y los animales generalmente empiezan por el alimento y después pasan por la ropa y otros objetos hasta llegar a aspectos más próximos, como el maquillaje. Una tendencia que no es nueva, mas que tiene variables que la han llevado a ganar más adeptos entre las millennials y sus sucesoras, las centennials, y que es promovido en las redes sociales.
Conforme la Unión Vegetariana Internacional, existen seiscientos millones de veganos en el planeta, que, conforme sus cálculos, adquirirán marcas y productos afables con el medio ambiente y los animales (muchas de ellas del campo de los productos cosméticos y la belleza), en un mercado que para el dos mil veinte alcanzará los cinco mil millones de dólares americanos. La mayor parte son mujeres que se encuentran entre los dieciocho y los treinta y cuatro años.
Para Pamela Maquieira, directiva técnica y comercial de la caena de tiendas de productos de bellza Sally Beauty en Suramérica, “las mujeres que son vegetarianas o bien veganas van buscando productos cosméticos y productos que vayan en esa línea y, como no comen productos provenientes ni derivados de los animales, tampoco desean aplicárselos”.
“Otras mujeres –dice– lo ven como un tema de salud, puesto que sobre todo las jóvenes prefieren productos que les aporten un maquillaje y piel saludable sin producir impacto en el medioambiente”.
Maquieira explica que es esencial distinguir entre las diferentes corrientes que ofrece el campo de los productos cosméticos para comprender cuál es la línea que cada cual puede proseguir.
Por una parte están los llamados productos bío, que no tienen ingredientes animales mas que pueden tener derivados de ellos. Un caso claro de esta categoría es la cera de abejas.
Cuando se habla de cruelty free, esencialmente se refiere a que los productos no fueron probados en animales ya antes de su venta al público, lo que acostumbraban a hacer muchas casas de productos cosméticos toda vez que lanzaban nuevos productos.
Asimismo está la categoría vegana, formada por productos cosméticos y maquillaje que no poseen ningún género de ingrediente de origen animal ni tampoco de sus derivados y, evidentemente, no son probados en animales. “Son elaborados con ingredientes solo vegetales, que asisten a cuidar el medio ambiente, mas asimismo la salud y a eludir la atrocidad animal”, apunta la especialista.
Para quienes no están familiarizados con la onda vegana o bien natural en el maquillaje y los productos de belleza, una de las dudas primordiales es si esta clase de productos cosméticos son de calidad y obedecen a los estándares de tendencia y calidad que todas y cada una procuramos en los productos cosméticos.
Maquieira mienta como los primordiales beneficios de este género de maquillaje la naturalidad del color, el efecto antioxidante que ofrecen a la piel, las ventajas antiedad dados por sus componentes, la protección contra los rayos ultravioleta y su efecto menos invasivo y beligerante con la piel.
“A veces, las personas vacilan de los efectos de estos productos, mas al emplearlos se favorece el semblante pues le damos una alternativa más natural, que no castiga la piel y le da un efecto antiedad, puesto que le devolvemos nutrientes naturales, impidiendo que la piel absorba radicales libres”, explica.
Laura López los aconseja no solo por su modo de vida, sino más bien por su calidad. “Lo interesante es que en el momento en que un laboratorio se plantea hacer cosas sin probar en animales se abre un fantasma de investigación y también innovación muy prometedor. Estas marcas son más orgánicas, por el hecho de que al no probar muy frecuentemente asimismo dejan de lado los químicos. Es un gana gana. Cuando se tiene un producto bueno, que cuida tu salud y la de los implicados en el proceso, la inversión vale la pena”, afirma.