Tendemos a tratar el minibar del hotel con sospecha, preocupados de que una bebida o un refrigerio nos lleve a la ruina financiera. Y este artículo posiblemente lo hará.
El minibar es una rareza evolutiva. Como el celacanto o el dodo, es una reliquia de una época pasada que cumplió un papel importante en su tiempo. Sin embargo, al encontrar uno en su habitación de hotel, inmediatamente se lo trata con sospecha.
Dependiendo de a quién le pregunte, el minibar fue posiblemente una pieza de ingeniería alemana importada de Siegerland para conveniencia estadounidense al Chicago Madison Hotel a mediados de la década de 1960.
O una pieza de hospitalidad de Cantón comprimida sin piedad creada para el Hong Kong Hilton casi al mismo tiempo.
De cualquier manera, fue una invención de mediados del siglo XX para minimizar los costos de espacio y mano de obra y maximizar las ganancias obtenidas con las ventas de bebidas en la habitación.
Mientras las barras seguían siendo pequeñas, las facturas empezaron a crecer.
En algún momento durante las últimas décadas, la economía del minibar cambió. La opinión pública decía que no se podía confiar en esta trampa de miel en la habitación.
Es una fuente de ansiedad discreta en los hoteles que todavía incluyen minibares. Existe la sensación de que romper la tapa de una botella de vino en miniatura los dejará a usted y a su familia en la indigencia y en una prisión de deudores.
El minibar se ha utilizado para vender algunos artículos escandalosos. El Drake Hotel de Toronto ha ganado notoriedad por cargos extravagantes en la habitación, como velas de cáñamo de $ 57 y un paquete de placer chapado en oro de $ 440, NSFW .
Trump Towers se jactó de tener una «biblioteca de agua» (lo que sea que eso signifique) facturando $ 43 la botella.
El artículo más caro jamás incluido en un servicio de minibar podría ser una botella de Louis XIII Grand Champagne Cognac en el Intercontinental Amsterdam, con un precio de 3500 euros o unos 5672 dólares. El bloguero John Ollila compartió el hallazgo alucinante en el sitio web Loyalty Lobby.
Con un margen de beneficio del 70 por ciento sobre el precio de 2000 euros de Remy Martin, parece que incluso los hoteles de gama más alta no están libres de margen de beneficio del minibar.
Según los almacenistas, incluso la palabra «complementario» no aumenta enormemente el consumo de minibar. La desconfianza hacia los minibares es tal que la gente apenas los toca cuando están libres.
A pesar de esto, según los hoteles Accor, el artículo más vendido de la multitud de pequeñas tentaciones es el agua embotellada. Ni whisky, ni papas fritas, ni siquiera la losa de maní miniaturizada, solo agua.
Aunque el mismo estudio sugirió que esto podría tener algo que ver con que el agua embotellada se coloque más cerca de la cama que los grifos.
Y, sin embargo, de alguna manera, los bares de las habitaciones siguen generando pérdidas. Muchos hoteles han eliminado las reliquias de la era de las comodidades diciendo que es imposible obtener ganancias de las existencias en las habitaciones.
Quizás porque los invitados están jugando con el sistema.
“Limpiaría los bocadillos y las bebidas al final de la semana en la conferencia. Simplemente tome una foto, mantenga una lista y presione el CVS antes de irse ”, fue el consejo de un huésped del hotel.
Los trucos menos honestos del minibar incluyen diluir las miniaturas de vodka con agua del grifo.
Incluso los revendedores honestos descubrirán que estos trucos podrían ser contraproducentes.
Como descubrió una familia durante una estadía en el Hilton DoubleTree en Chicago, después de que se les cobrara $ 76.50 por simplemente abrir la puerta del refrigerador .
“Un pequeño número de nuestros hoteles tienen unidades que usan tecnología de sensores de movimiento y deben incluir información en la tarjeta del menú o en la unidad que indique la forma en que funcionan los sensores”, dijo un portavoz del hotel al Tribune en ese momento.
Hasta el 90 por ciento de estos cargos automáticos del minibar podrían ser por error, dijeron.